La travesia Machete-Blest
La travesía Machete – BlestLa desaparición de un joven misionero en las cercanías de Puerto Blest en la provincia argentina de Río Negro abre la posibilidad concreta de la presencia de Pié Grande o Sasquatch en sudamérica, presencias que los mapuches bautizaron como los Seres Alma del bosque de Lengas...
Río Negro- diciembre de 1957
El topógrafo italiano Augusto Rollatti entregó las cartas y mapas que habían confeccionado durante la expedición de relevamiento topográfico que comandaba. En la dura expresión de su rostro frente al hombre de Gendarmería que recibía los documentos no podía adivinarse los momentos que él y sus hombres habían tenido que pasar. Nunca en los años que se dedicaba a ese trabajo había atravesado una situación como la vivida en los extensos territorios intangibles que habían relevado desde el arroyo Brazo Machete hasta puerto Blest, sobre el lago del mismo nombre, en la provincia de Río Negro, en la República Argentina.
Desde luego no pensaban, ni él ni sus hombres, volver a transitar por aquellos bosques de lengas donde el solo recuerdo de los momentos vividos los llenaba de terror...
Río Negro – septiembre de 1996
El guía de montaña y guardaparque Darío Remori alcanzó a divisar las luces de Puerto Blest,... hacia la izquierda, a la luz de la luna, podía divisar el brillo del agua del lago Ortiz Basualdo, si lograba llegar al filo del cerro y salir del bosque de lengas estaba salvado... corrió repechando el faldeo hasta que su corazón parecía explotar, atrás dejó lo que quedaba de su campamento; solo cargó con la cámara fotográfica donde guardaba la prueba de que no estaba loco...si ellos encontraban su rastro entre las rocas del arroyo estaría perdido, así que decidió cortar unas ramas con su cuchillo e improvisar unos picos de escalador para subir el repecho de la quebrada en línea recta.
Logró subir los trescientos metros casi al borde de sus fuerzas... exhausto, decidió
descansar unos segundos junto a una raíz que asomaba entre la rocas.
En el fondo de la quebrada sonaron aquellos extraños aullidos y su cuerpo se atenazó de terror, de un salto se aferró a la raíz y continuó trepando con desesperación, sin darse cuenta que la correa de su Nikon estaba enganchada en una saliente... de un tirón la cámara se desprendió del correaje y rodó unos metros sobre una roca cayendo enseguida al fondo de la quebrada, despedazándose estrepitosamente. Adiós a las pruebas... ahora lo importante era escapar de ellos, llegó al filo justo cuando en el fondo se oía la agitación entre las rocas... ya estaban sobre su rastro, tenía que correr, correr...
La luz del pub indicaba que estaba abierto a pesar de la hora, los poquisimos parroquianos que estaban allí vieron llegar corriendo al andrajoso y exhausto guardaparque que con el último aliento entró en el recinto desplomándose inconsciente... pero vivo.
Ciudad de Posadas, Misiones – En la actualidad
Max Vignatti soñaba despierto viendo las fotos de los lagos del sur. El intenso calor que hacia en Posadas esa mañana no lo dejaba pensar y se adhería a su cuerpo como una goma espesa y caliente... le costaba respirar. “No veo la hora de estar allá”, pensó. El programa era sencillo: disfrutar los próximos veinte días de la montaña, de los bosques y sobre todo de no trabajar. Su familia y su novia estaban en absoluto desacuerdo con aquel viaje que planeaba, pero la decisión estaba tomada.
Llegó a Río Negro los primeros días de noviembre. El tiempo estaba limpio y espectacular, poco viento y temperaturas agradables, que invitaban a realizar el proyecto que tenía en mente: hacia unos meses había leído que entre el Machete y puerto Blest existían extensos territorios muy poco explorados y de características topográficas bastante suaves que posibilitaban un trekking sin mayores riesgos. Desde luego hacerlo solo era bastante arriesgado, pero no tenía miedo y su equipo era muy bueno, además tenía un teléfono satelital con el que podía comunicarse con los puestos de gendarmería en caso de emergencia o con quien quisiese.
La mañana del 17 de noviembre se presentó en el puesto del guardaparque para entregar el rol del viaje, algo que era obligatorio para esa zona luego que varios grupos de andinistas desaparecieran en el área en los últimos años. Él no pensaba escalar, por el contrario, había proyectado la travesía siguiendo la ruta de unos topógrafos italianos que en los 50 habían sido los únicos (eso creía) en recorrer esa área.
El guardaparque leyó el rol con gesto preocupado:
- Por qué eligió esa área para su rol?. Preguntó con rostro serio
- En realidad se me ocurrió porque es un lugar casi no visitado, además el terreno es bastante sencillo y no presenta riesgos para mi.
- Existen otros recorridos igual de bellos para hacer, le propongo que elija la vuelta del Ortiz Basualdo por ejemplo...
- No, gracias, me llevó mucho tiempo planear este viaje y no quiero cambiar ahora... cual es el problema, oficial?.
El guardaparque Darío Remori guardó silencio mientras miraba los ojos del muchacho...después de todo, que podía decirle en realidad...? si le contaba su historia lo tomaría por loco igual que sus superiores al escucharla en el 96...
- Lleva arma?, preguntó mientras llenaba los formularios de rigor.
- Arma?. No, para que un arma?, no voy de cacería... solo tengo mi cuchillo y una pequeña hacha...
- Tome, lleve ésta, cuando se presente a la vuelta me la entrega... cuento con ello para cerrar el rol.
Le entregó una Browning 9mm, de las “rosarinas”, un arma que Max conocía bien por haber disparado una similar con su amigo Tomás en las calurosas tardes misioneras... le entregó también dos cargadores completos y una caja de 25 balas.
Max la aceptó mas por no perturbar al guardaparque que porque creyese que la necesitaría...
- Ok, le dijo, espero no necesitarla...
- Mejor tenerla y no necesitarla que necesitarla y no tenerla... le respondió con un gesto impenetrable el funcionario.
Max se despidió con una sonrisa y subió a la 4x4 que lo llevaría hasta el brazo del Machete...
Esa fue la última vez que alguien vio a Maximiliano Vignatti
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Treinta días después de la última comunicación telefónica de Max Vignatti con su familia en Misiones, los grupos de búsqueda dieron por finalizada la misma, nada se encontró del joven, ni de su equipo.
La familia y su novia decidieron contratar alguien que lo siguiese buscando. Los lugareños coincidieron en que el único que conocía el lugar como nadie era el guardaparque Darío Remori.
- Iré a buscarlo. No es necesario que me paguen, solo necesito que soliciten al Director del servicio que me dé los días necesarios. Intentaré saber que paso con él. Le dijo a la joven novia, que con los ojos arrasados de lágrimas le suplicaba una ayuda que no había hallado en ninguna parte. La madre de Max lo miró largo a los ojos agradeciéndole con la mirada y el padre estrecho fuerte su mano con la esperanza pintada en el rostro.
- Gracias, gracias.... por favor, encuéntrelo... se lo suplico....
- Haré lo que esté a mi alcance, se lo prometo.
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Cinco días mas tarde:
Los disparos del FAL resonaron el lo profundo del bosque de lengas... esta vez el guardaparque tenía con que defenderse y ellos no se acercaban mucho... aunque siempre estaban acechando... esperando el descuido, el error... el sueño.
Siempre.
Había establecido un perímetro de defensa con hilos y latas llenas de piedras, si algo se acercaba sonarían y lo pondrían sobre aviso, de todas formas si en un par de días no encontraba nada debería irse de allí sin cumplir la promesa que había hecho a la familia de Max. Estaba siguiendo la ruta de los topógrafos italianos como lo había hecho dos meses antes el joven pero no había rastros de él. Solo había encontrado restos de una fogata, algunas latas vacías y un trozo de tela que podría haber sido de una carpa, fuera de eso, nada.
El arroyo estaba cerca y necesitaba agua, tomó el fusil y el bidón plegable y se encaminó hacia el curso de agua... en el bosque se escuchaban esos extraños aullidos por todas partes. Pero ahora no tenía miedo. Solo una furia contenida por muchos años de pesadillas y terror, que habían surgido de aquellas jornadas del 96 en ese mismo lugar.. solo deseaba que alguno se mostrara para centrarlo en la mira del FAL...
Mientras cargaba lentamente el agua miró hacia algo que resaltaba entre unas rocas y la vegetación... al acercarse comprobó que era el correaje de una mochila.
Había hallado la mochila de Max.
En el campamento revisó las cosas. Había algo de ropa, un MP4, algunos alimentos, una cámara fotográfica digital sin baterías, una navaja suiza, elementos de higiene, algunas fotografías familiares, los documentos del joven y una libreta de tapas de hule negro, era ni mas ni menos que el diario de viaje del chico.
Guardo todo y regresó al campamento. Dieciséis horas después estaba en el refugio Trömen, a 11 kilómetros de Blest.
Encendió el fuego en la cocina de leña y mientras hervía algo de arroz leyó el contenido de la libreta.
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Día 1
La tarde cerró preciosa y los paisajes son increíbles, ojalá Laura estuviera aquí conmigo para ver estos cerros y estos bosques. La belleza es sobrenatural. Voy a preparar algo para cenar y luego intentaré pescar algo en el Machete.
Algo raro pasó mientras estaba pescando, primero escuché unos sonidos raros, parecidos a aullidos en lo profundo de la vegetación en la margen opuesta del arroyo. Luego vi moverse sombras entre los árboles, confieso que me dio un poco de miedo y agradezco al guardaparques que me haya prestado la pistola.
Día 2
Anoche dormí intranquilo en mi bolsa con el arma preparada. Pero no pasó nada. Hoy el día esta nublado y parece que lloverá, así que voy a acercarme a la desembocadura del arroyo donde vi una rocas para hacer mi campamento, allí estaré resguardado.
Hablé con Laura y mamá. No quise preocuparlas y le dije que todo esta bárbaro. Quizá me haya imaginado cosas, o lo que oí sea normal en los animales de por aquí.
Paró un poco la lluvia y pude encender el fuego para cocinar. Hice un risotto de sobre que estaba genial. De postre café con miel y frutas secas. Buenísimo
La temperatura bajo bastante y el cielo esta estrellado. La luna esta espectacular pero a lo lejos parece venir otra tormenta.
Día 3
Llueve mucho y estoy encerrado en la carpa. No tengo mucho para hacer pero no puedo escuchar música... cada vez que enciendo el aparato me parece oír los sonidos de la otra noche. Cuando mejore el tiempo creo que me volveré, el GPS no funciona bien y tengo miedo de perder el rumbo.
Hable con papá y se rió de mis desventuras, pero se puso contento por el descanso, como siempre su ultima palabra fue “cuidate”. Voy a tener que aflojar con el teléfono porque se esta agotando la batería y en este bosque no veo ningún enchufe. Je Je!.
Día 4
El sol está a pleno. Hoy adelanté mucho camino. Decidí no usar el GPS porque no está confiable. Solo uso los mapas de los italianos. Son bastante exactos. Lo único que no entiendo son los símbolos raros que hay anotados cada tanto. Que querrán decir?
Esta tarde me asusté otra vez. Vi algo entre los arboles que venía hacia mi y le disparé. Escuche unos gritos animales y unas corridas. Volví al campamento y decidí cambiar de lugar.
Ahora estoy a unos 27 km. de Blest. Justo en el limite del bosque.
Tengo miedo. Estoy con la pistola a mano, algo se mueve en el bosque. No estoy seguro de lo que sea. Les tome varias fotografías.
No puedo dormir. Hice varias fogatas alrededor de la carpa para ahuyentar esas cosas. Incluso les disparé varias veces pero no se alejan.
Día 5
Descubrí que los signos en el mapa coinciden con los lugares donde están ellos. Decidí cortar camino para ahorrar unos kilómetros. Estoy verdaderamente asustado. Por suerte tengo la pistola, aunque deberé ahorrar munición, solo me queda un cargador y medio, por suerte el fuego los mantiene lejos. Pero me falta agua para el ultimo tramo. Tendré que volver hasta el arroyo a proveerme. Quien diría que extrañaría la lluvia!!!.
Día 6
Anoche se acercaron a pesar de las fogatas, se llevaron la comida y la mayoría del equipo. No están el teléfono ni el GPS. No me dejaron las cuerdas ni el pico de escalar. Tendré que fabricar uno. Anoche vi la luces del Blest y el Ortíz Basualdo. Estoy cerca. Si llego al filo lo conseguiré. Tengo que viajar liviano así que voy a esconder la mochila con la cámara. Si lo logro volveré, con la gendarmería a buscarla. Creo que logré fotografiarlos, pero se agotó la batería y no puedo verlo.
Si no lo logro quiero que sepas que siempre te amé, mi bella Laura, que estoy pensando en vos todo el tiempo. Te amo mi amor!
Papi, mami quiero que sepan que son los mejores padres del mundo, los quiero, ojalá lo logre. Si eso pasa juro que nunca mas saldré de Misiones.
Son las dos de la tarde. Los veo moverse en la espesura. Solo me quedan siete tiros así que debo apurarme.
Maximiliano Luis Vignatti.
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Una lágrima corrió por la mejilla del guardaparque. Cerró la libreta y empacó las cosas.
Veintitrés horas después estaba en Posadas con los padres de Max.
Les entregó las cosas del chico e inventó una historia mas o menos aceptable sobre pumas y jabalíes salvajes... el padre del muchacho leyó en los ojos del guardaparque la verdad.
- Dígame por Dios que le pasó a mi hijo!.. le gritó la madre aferrándole la ropa y con el rostro arrasado de llanto.
- No lo sé señora, hay algo en esos bosques, pero no sé que es. Lo lamento.
El padre y la novia de Max lloraban calladamente al otro extremo del living
- Gracias Darío. Nunca olvidaremos lo que hizo por mi hijo. Sabemos que dejó el servicio. Si viene a nuestra provincia sepa que siempre será bienvenido. Le dijo el padre con un gesto de profundo agradecimiento.
- Lo sé, gracias. Adiós.
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Las autoridades de Gendarmería y del servicio de Parques Nacionales jamás dieron una explicación oficial sobre la desaparición de Maximiliano Vignatti ni de ninguna de las otras 23 personas que desaparecieron en el área a lo largo de medio siglo. Tampoco se conocieron las fotografías que tomó el joven ni se hicieron comentarios sobre los motivos del alejamiento del servicio del Jefe de guardaparques Rionegrinos Darío Remori.
Ciudad de Villa La Angostura – Hoy
En la computadora personal del Guía de montaña pueden verse las borrosas fotos de varios seres de gran estatura y el cuerpo cubierto de vello... completamente peludos y de aspecto simiesco.... pero con las miradas inteligentes y crueles... con los ojos extraordinariamente lúcidos